NI BUENO NI MALOS, SERES HUMANOS. LA HISTORIA DE EMPRESAS. UNA INVITACIÓN AL DIÁLOGO.
En los debates públicos sobre la economía argentina, pocos actores despiertan tantas opiniones encontradas como las empresas y los empresarios. Hay quienes los valoran como promotores del crecimiento y la innovación, y quienes los acusan de contribuir a la desigualdad, evadir reglas o capturar (cuasi) rentas producto de sus relaciones con el Estado. El empresario aparece, entonces, como protagonista dinámico o como beneficiario pasivo del proceso económico, según el cristal con que se lo mire. Algo similar ocurre con las firmas. Se las idealiza como creadoras de empleo o se las responsabiliza en la débil performance económica del país.
Más allá de estas representaciones contrapuestas, usualmente simplificadoras, tanto las compañías como quienes las conducen son actores protagónicos de la vida económica. Por ello, analizar y comprender su papel no implica adherir a una postura ideológica ni adoptar una posición apologética o condenatoria, sino una función clave de la producción académica de las ciencias económicas. Se trata, en rigor, de analizarlos con herramientas metodológicas rigurosas, reconociendo que son organizaciones y agentes condicionados por contextos históricos y decisiones humanas. En efecto, las empresas y lo/as empresarios son, al decir de Chandler, la ¨mano visible del mercado¨. Por eso mismo, estudiarlos contribuye a la comprensión sobre cómo se construyeron los patrones productivos y qué posibilidades existen para mejorarlos, modificarlos o transformarlos. Naturalmente, estos objetivos resultarán no sólo de las conclusiones de las investigaciones académicas, sino también de las agendas de las políticas públicas y los objetivos de los actores involucrados.
Argentina enfrenta hoy desafíos profundos. La recuperación del entramado productivo, la ampliación del empleo formal y la reducción de la desigualdad requieren, entre otras cosas, revisar críticamente nuestra historia económica. No como un ejercicio nostálgico o genealógico, sino como una vía para entender la naturaleza de los problemas e identificar continuidades, rupturas y alternativas. En ese marco, mirar el pasado de empresas y empresarios puede aportar insumos valiosos para imaginar y proponer escenarios futuros. No porque el pasado ofrezca recetas, sino porque permite entender mejor los mecanismos que condicionaron u ofrecieron oportunidades a quienes emprendieron, invirtieron y produjeron. Conocer esa historia no implica idealizar ni condenar, sino comprender. Y ese ejercicio es también una forma de intervenir en el presente. Desarmando prejuicios, reconstruyendo los procesos y sus resultados y ampliando el repertorio de posibilidades y propuestas. Pero no se trata sólo de un problema local.
La historia de empresas se inició como disciplina en la década de 1920, en la Universidad de Harvard. Allí surgieron los primeros esfuerzos por estudiar no solo a las firmas, sino también a quienes las dirigían, desde una perspectiva histórica. Esto ha colaborado en el hallazgo de respuestas más elaboradas a preguntas acerca de qué ha sucedido con las empresas y los empresarios en el sistema capitalista, lo que contribuye a seguir generando propuestas de mejoras en su funcionamiento hacia adelante. Si bien en los siglos XIX y XX se asistió al nacimiento y a la consolidación de la gran empresa, las firmas pequeñas y medianas han perdurado y jugado un papel significativo. De hecho, aunque se trata de un fenómeno mundial, en Argentina tiene un peso muy gravitante sobre el entramado productivo. En todo caso, estos enfoques fueron ampliándose a lo largo del siglo XX y lo que va del XXI, incorporando marcos teóricos diversos que ofrecieron respuestas más matizadas que las de las grandes narrativas.
En Argentina, la historia de empresas se afianzó como campo académico hacia fines de los años ochenta. Ya desde los años 90 la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires ocupó, a través del Centro de Estudios Económicos de la Empresa y el Desarrollo (CEEED), un lugar clave. Por eso, invitamos a los lectores de esta nota no sólo a la reflexión sobre estas temáticas sino también a participar de las diversas actividades que el CEEED organiza (https://www.instagram.com/ceeedfce/ https://x.com/CeeedFce ), como el Seminario Permanente, las V Jornadas de Investigadores en Formación y también de las convocatorias del Anuario CEEED.
El Anuario es una revista académica especializada en temas de Historia Económica y Empresarial. Integra el Núcleo Básico de Revistas Científicas Argentinas (NBR). También se encuentra indizado en SciELO (Scientific Electronic Library Online), en el Sistema Regional de información en línea para Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal (Latindex), en The European Reference Index for the Humanities and the Social Sciences (ERIH PLUS) y en la Red Iberoamericana de Innovación y Conocimiento Científico (REDIB). Está adherido a la Red Latinoamericana de Revistas Académicas en Ciencias Sociales y Humanidades (LatinRev). Está catalogado, además, en la base Research Papers in Economics (RePEc) y en la Matriz de Información para el Análisis de Revistas (MIAR). Asimismo, se encuentra catalogado en el Centro de Información y Documentación del Ministerio de Hacienda de la Nación de la República Argentina y en el Repositorio Digital Institucional de la Universidad de Buenos Aires.
Invitamos entonces a la comunidad de graduados a la convocatoria abierta y permanente para la presentación de artículos y reseñas las cuales deberán ser subidas a nuestro sistema OJS (https://ojs.economicas.uba.ar/CEEED/about/submissions). Para cualquier consulta: ceeed@economicas.uba.ar.
Juan Lucas Gómez
Secretario de Redacción del Anuario CEEED e Investigador del IIEP-CEED
Docente adjunto de Historia Económica y Social Argentina y de Historia Económica y Social General.